A Sala Llena

0
0
Subtotal: $0,00
No products in the cart.

CRÍTICAS

Muñecas Taiwanesas

Muñecas Taiwanesas

Dirección: Christian García. Autoría: Estefanía D’Anna, Christian García, Laura Nevole, Noelia Prieto. Dramaturgia: Laura Nevole. Escenografía: Daniela Sorgoni Quintana. Vestuario: Federico Castellón Arrieta. Diseño de Luces: Claudio Alejandro Del Bianco. Asesoramiento coreográfico: Malena Rago. Asistencia de iluminación: Alejandro Galerti. Fotografía: Federico Castellón Arrieta. Elenco: Estefanía D’Anna, Laura Nevole, Noelia Prieto. Prensa: Carla Segalini.

El lugar que nos toca

Pareciera ser que una sala de ensayo, una barra y tres mujeres de dudosa amistad son el único soporte de Muñecas Taiwanesas. En un espacio despojado, con un vestuario que recuerda a la Jennifer Beals de Flashdance, Elsa, Marcela y Beatriz (Estefanía D’Anna, Laura Nevole, Noelia Prieto respectivamente) ensayan. La danza es motivo del encuentro, una coreografía el eje del vínculo.

El condicional con el que iniciamos esta reseña no se cumple, pues lo que verdaderamente sostiene la obra dirigida por Christian García son dos cuestiones: en términos de puesta en escena, la construcción de cada personaje a través de la sutileza en la expresión del rostro, la mirada y contadas acciones extrañas pero verosímiles (el modo de tomar agua y el juego con la extraescena); todo ello sumado a los desplazamientos y posturas que en todo momento remiten al mundo de la danza, desde la utilización constante de las posiciones de la danza clásica hasta lo que podría ser un simple cuerpo en espera pero que se transforma en una postura rígida, en un cuerpo forzado y tenso.

La segunda cuestión que soporta Muñecas Taiwanesas es ideológica. En el universo ficcional que la obra propone, esta cronista pudo leer los diferentes lugares que para la mujer nuestra sociedad prepara: la otra, la que no encaja pero sin conciencia de ello sigue intentando pertenecer, la que tiene poder, la miserable, la amiga, la mejor, la más linda, la peor, la novia, la madre y tantos roles cuyo denominador común yace en el poder de un sujeto sobre otro. Por todos ellos transitan con claro virtuosismo las protagonistas. Tres mujeres que se relacionan a través de la posesión, la coerción y la coacción y que se desenvuelven en un mundo que fomenta vínculos de esas características. Inteligentemente los autores (Estefanía D’Anna, Christian García, Laura Nevole, Noelia Prieto) eligen, para ubicar a sus personajes, una disciplina cuyos insanos límites son el rigor y el dolor, todo peligrosamente solapado por una violencia contenida que sobre el final aparece en una lograda performance de Estefanía D’Anna; nos referimos al mundo de la danza.

Es a través del juego del ensayo coreográfico que la obra nos obliga a preguntarnos cuáles son los lugares que la sociedad nos asigna, cuán conscientes somos de ellos y cuál es nuestra responsabilidad al seguir repitiendo lo heredado desde el momento en que comenzamos a cuestionar aquellos vínculos que aparecen como naturalizados.

Por último es importante destacar un interesante utilización de un recurso que no por carecer de novedad deja de ser efectivo. Por el contrario, en este caso su sabia utilización lo vuelven doblemente potente. Nos referimos a un planteo espacial que ofrece un fuera de escena a los ojos del público y que establece un circuito de miradas que obliga al espectador a involucrarse de la siguiente manera: Una compañera se va, ubicada en un espacio liminal entre la ficción y la platea se detiene, sus ojos se pierden pero en el público. Las otras hablan de ella miran hacia la extraescena, hacia la compañera ausente, que a su vez no ve pero nos mira. Este recorrido visual, reforzado por un acertado diseño de iluminación, deja en completa evidencia la violencia de las relaciones que estas tres mujeres sostienen no sólo entre ellas sino consigo mismas; pero también la violencia del sujeto (cualquier semejanza con su realidad, lector, puede no ser mera coincidencia) que siendo mudo testigo ante la falta de reacción se convierte en participe silente o dicha más claramente, en oscuro cómplice.

Teatro: Vera Vera – Vera 108

Funciones: Viernes 23 Hs

Entrada: $35

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar...

Recibe las últimas novedades

Suscríbete a nuestro Newsletter