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DOSSIER

“Variaciones sobre Alicia” y “Vine Solo”: dos joyas del minimalismo

Está muy avanzada la 2da mitad de 2012 y va siendo hora de comenzar un balance provisorio.

Dos de los cortos que vi este año me impresionaron por su originalidad (máxima) y por la extrema economía de recursos (mínimos).

Ambos cortos fueron exitosos y obtuvieron premios en festivales de prestigio. Los dos fueron creados sin cámara (no hubo filmación) y fueron realizados con una dotación mínima de personal técnico o artístico (uno de ellos, como su nombre lo preanuncia, fue hecho íntegra y exclusivamente por su autor).

Me voy a referir primero a Variaciones sobre Alicia de Flor Aliberti, que se proyectó en la función de cortos premiados del BAFICI 2012. Esa noche, recuerdo, la sala del MALBA estaba llena por los amigos, parientes y docentes de los grupos creativos de cada uno de los cortos premiados. Se proyectaron primero cortos más clásicos (uno de ellos, Noelia de María Alché, que también fuera premiado en el UNASUR Cine 2012  http://www.asalallenaonline.com.ar/festivales-cine/festival-internacional-unasur.html). Entre ellos Variaciones sobre Alicia se destacaba por su austeridad constructiva y su originalidad estética. Armado como un diálogo o contraposición entre imágenes de encuentros sexuales y comentarios pacatos, el corto alterna tramos (sí, “metraje”) de una película erótica con segmentos de Alicia en el País de las Maravillas (la versión animada del estudio Disney, 1951). Las escenas de alto voltaje no se nos muestran claramente, sino que están intervenidas. El resultado es que tenemos una cinta con dibujos abstractos hechos sobre el film (al estilo de Norman McLaren[i]), que crean una ambientación onírica de la que cada tanto emergen los tramos explícitos. Estas escenas, se alternan con comentarios gestuales de los personajes animados que funcionan como comentarios de asombro o representan la censura de la moral convencional. La música (alguna pieza para cuerdas del siglo XX), contribuía a mantener el ritmo narrativo a la vez que evocaba una estética diferente y porque no, osada por lo inhabitual.

El otro corto, Vine Solo de Martín Boggiano, fue premiado en la edición 2012 de UNCIPAR[ii], y fue proyectado en julio de 2012, en uno de los ciclos que A SALA LLENA organiza periódicamente.

Si el corto de Flor Aliberti utiliza pocos recursos cinematográficos (tramos de pelis hechas por otros), Vine Solo no utiliza ninguno (sí, leyeron bien). Nos contó Martín Boggiano, su creador http://www.asalallenaonline.com.ar/actividades-a-sala-llena/ciclo-de-cortos-a-sala-llenanoavestruz/4180–a-sala-llena-ciclo-de-cortos-hd-programacion-julio.html, que en algún momento gris, de esos que cada tanto todos podemos tener pero que de poder elegir, preferiríamos no pasarlos, fue invitado a una fiesta de amigos en la que cuando él llegó todos estaban bailando en pareja. Al día siguiente, recordando esa noche opaca, comenzó a dibujar la historia con una birome (¿5 pesos?) en un cuaderno A4 (¿14 pesos?). El hecho es que hizo algunos dibujos y luego se desentendió del asunto. Semanas más tarde agregó otros dibujos. Luego de ocuparse de otras tareas (buscar trabajo, leer, salir con amigos, vivir; porque por más intensa que sea la cinemanía, no se puede estar trabajando en el corto durante las 24 horas del día), nos cuenta, se volvió a reencontrar con el cuaderno. Desapegado de las emociones originales, observó que los dibujos eran claros y que armaban el esqueleto ilustrado de un cuento (storyboard). Planeó el relato, dibujó las escenas faltantes, completó (en su cuaderno A4) los 24 cuadros requeridos para cada segundo de proyección y los ordenó en la mesa. Trípode, fotos, exportación a la pc, edición, agregado de la narración en over y ya tenía su corto ganador.

Tuve la suerte de ver unos cuantos cortos este año, algunos me gustaron mucho, estos dos me fascinaron. En realidad, no sé de qué me asombro, si “sólo” utilizaron un poco de imaginación, algo de talento, y una pizca de creatividad. Cuando me encuentre con alguno de los directores, creo que les voy a pedir que me presten un poco de esos ingredientes. Así, los podré atesorar para utilizarlos en algún momento en que no se me ocurra sobre qué escribir.


[i] Norman McLaren (1914-1987) fue un talentoso pionero escocés que recibió el Oscar al mejor documental en 1951, el Oso de Plata en 1956 por el mejor corto documental y el BAFTA por el mejor film animado en 1969. McLaren trabajó en Londres durante la 2da Guerra Mundial. En ese entorno de escasez material extrema, al ver los rollos de celuloide que se descartaban por distintos motivos, McLaren los recuperaba y, dibujando con plumines en cada cuadro, creaba originalísimos cortos de animación.

[ii] UNCIPAR es el tradicional festival de cortos que se desarrolla desde hace ya casi 40 años, cada Semana Santa, en Villa Gesell.

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