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CRÍTICAS - CINE

Vil romance

Como el nombre de su productora lo indica, “Cine Bruto”, éste es un gran indicio sobre qué ver en el cine de Jose Campusano, un director que a simple vista tiene el aspecto de un hombre rudo, metalero, vestido de negro, cabello largo y una dialéctica característica de un tipo de barrio marginal. Su film, Vil Romance, tiene gran parte de él puesta en su guión, su naturalidad y el estar en contacto con el mundo que se muestra pasa desapercibidamente y cotidianamente como algo real, algo que es muy difícil concretar en un film, pasar esa barrera de poder dejarnos “creer” lo que estamos viendo. Este sin dudas es el gran logro de Campusano y algo por lo cual ha despertado gran admiración Vil Romance al ser exhibida en el pasado Festival de Cine de Mar del Plata.

El film trata sobre cómo un joven homosexual sin trabajo ni aspiraciones, que se encontraba “haciendo tiempo” en un asiento de plaza, conoce a un hombre considerablemente mayor que él, de cabello largo, de mirada siniestra y vistiendo una campera de cuero, quien lo invita a su hogar y así, comienza una relación de pareja que toma un segundo plano frente a la violencia sexual engendrada por el mayor.

El joven proviene de una familia de Ezpeleta, conurbano bonaerense, pobremente constituida, una hermana y madre que comparten “levantes” en fiestas, orgias y hasta pensamientos de carácter espiritual.

Frente a la violencia anteriormente destacada, y creciente debido a las circunstancias por las cuales comienza a vivir la pareja –temáticas sexuales fuertemente planteadas, celos y demostración de poder entre los pares–, el film se torna hacia un ambiente bizarro, incursionando en la venta de armas, drogas y hasta una pequeño sub plot de la familia anterior del personaje mayor.

Lo destacable de Vil Romance es la credibilidad del relato, el suspenso que genera al tener que pasar unos cuantos minutos hasta poder dilucidar de qué va el film y las actuaciones, que si bien desconciertan en algunos personajes, son completamente naturales en otros.

Conversando con el director del film, Jose Campusano, nos comentó al medio que muchos de los actores involucrados en el proyecto son y hacen de sí mismos, y mucho aportan frente a cuestiones que no existían en el guión. Como es el ejemplo de situaciones sexuales donde el director le ha encomendado a actores que hablen con el dialecto y se comporten sexualmente como en la vida cotidiana.

Varios aspectos negativos visualmente e inclusive errores de continuidad son fácilmente percibidos, pero, al fin de cuentas opacados frente a la historia guión y nuevamente algo que vuelvo a destacar, la veracidad del relato.

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