(Estados Unidos, 2010)
Dirección: Tod Williams. Guión: Michael R. Perry, Christopher Landon y Tom Pabst. Elenco: Sprague Grayden, Brian Boland, Molly Ephraim, Katie Featherston, Micah Sloat, Vivis Cortez. Producción: Jason Blum y Oren Peli. Distribuidora: UIP. Duración: 93 minutos.
Diferencia de concepto.
Como ya dije cuando se estrenó Enterrado hace un mes atrás, estoy un poco saturado de las “películas” de terror que esconden un banal ejercicio cinematográfico nada más. Actividad Paranormal, el año pasado me había parecido por lejos la película más sobreestimada del año. A diferencia de El Proyecto Blair Witch, la película que revivió el género de películas de terror grabadas en forma casera (se hacía mucho y mejor esto en los años ’70, basta solo recordar El Loco de la Motosierra original de Tobe Hooper, 1974), la ópera prima de Oren Peli, al menos lograba crear un mínimo de tensión con pocos recursos. El uso del fuera de campo, era bastante inteligente. Se aprovechaba muy bien el encuadre de las cámaras ocultas y el bajo presupuesto. Pero lo cierto es que más allá de estos aspectos “técnicos” la película era muy floja a nivel narrativo, monótona, repetitiva y muy mal actuada por la pareja protagónica. Pero la agarró Steven Spielberg, le cambió el final (personalmente me gustó más el original, pero no daba pie a la secuela) y fue un verdadero éxito. $500 dólares se convirtieron en $100 millones. Nada mal.
Pero lo cierto, es que el amateurismo de esta propuesta era alarmante. Hay películas de género que se proyectan en el “Festival de Cine Inusual” y el “Buenos Aires Rojo Sangre” que superan ampliamente propuestas como esta, con más o menos el mismo presupuesto. Cito, por ejemplo, Uritorco de Carlos de la Fuente. También grabada en primera persona (cámara en mano diegéitca) resulta más dinámica, divertida, menos solemne e incluso más política que estas propuestas estadounidenses mediocres. Incluso, un escalón más arriba (pero más parecida a un video juego en primera persona) prefiero las saga de Rec de Jaume Balagueró y Paco Plaza. Aunque, detrás de estas hay mucha producción y profesionalidad. Aunque narrativamente, son bastante pobres, al menos los directores no son meros estudiantes que quisieron hacer un experimento y les salió bien. Cada uno, tenía su trayectoria en el género. Similar es el caso de Enterrado. Rodrigo Cortés tenía ya una ópera prima, y se notaba la profesionalidad del trabajo cinematográfico. Lástima por el guión obvio.
Y así, llegamos a Actividad Paranormal 2. Película que quería dirigir originalmente Kevin Greutert (El Juego del Miedo 6 y 7), porque el director original, Oren Peli, estaba encarando otro proyecto a estrenarse el año que viene, Area 51 (ya sabemos de que va ¿no?), pero no pudo romper el contrato con Lionsgates, que le pedía realizar la última parte de la saga de Jigsaw. Paramount quería que se estrene sí o sí para Halloween para competir con El Juego del Miedo 7, así que salieron con urgencia a buscar otro director. El primero en ser tentado fue… Brian De Palma. Hubiese sido hermoso, lo admito. El director de Vestida para Matar y gemas del suspenso y terror, venía de dirigir una película similar sobre la guerra de Irak que ganó en Venecia y fue abucheada en Estados Unidos como Samarra (Redacted), un excelente film, crítico contra el ejército estadounidense y los soldados en Irak. Por supuesto, era una locura pensar que Brian aceptaría y no lo hizo.
En cambio, la posta la agarró, Tod Williams, que venía de hacer la comedia dramática, Las Aventuras de Sebastian Cole (sobre la historia de un travesti adolescente) y la interesante La Mujer Infiel con Jeff Bridges y Kim Basinger basada en la novela del prestigioso John Irving. ¿Qué hace este tipo con Actividad Paranormal? Le da aquello que Balagueró y Plaza le dieron a Rec, y Cortés a Enterrado: profesionalidad. Trabajo por encargo paga bien y Williams cumple, al menos en cuanto a lo cinematográfico. Para el guión contrataron a Michael Perry, guionista de la serie Millenium y el resultado, sin salirse de lo superficial y comercial, al menos se deja ver. No es un ejercicio sino una película de suspenso en serio.
¿De las buenas? Y… más o menos. Dan (Boland) y Kristi (Grayden) Rey viven en una mansión de los suburbios. Él trabaja para Burguer King (es dueño de varias franquicias). Ella acaba de tener su primer hijo, Hunter. Junto a ellos, está Ali (Ephraim), hija del primer matrimonio de Dan. Su madre falleció. Y por supuesto no falta la cocinera mejicana, Martine (Cortez). Ahh y un ovejero alemán (que como dijo un colega, es el mejor actor de la película). Un día descubren la casa destrozada, pero no falta nada. Ahí empiezan los ataques de este supuesto demonios o fantasma que tendrá como objetivo atacar principalmente a Hunter. A diferencia de la primera parte, esta es mucho más dinámica, gracias a que la mayor parte de la acción es grabada con grabadoras que usan los miembros de la familia y cámaras de seguridad que graban en colores reales. Esta vez, se ponen por seguridad y no para ver si hay o no “actividad paranormal”. Si bien por la noche, se ven algunas cosas en infrarrojo (o verde mejor dicho) lo principal toma un color más “real”. Esta vez, a nivel fotográfico y de montaje está pensada cinematográficamente. Los encuadres son más prolijos, las actuaciones de los intérpretes más cuidadas y verosímiles… hasta que aparecen Katie y Micah, la pareja protagónica de la primera parte. No, no son fantasmas. Actividad Paranormal 2 es una suerte de precuela (y si no lo entienden, por las dudas hay un cartel que lo explica, porque los espectadores no saben razonar) y epílogo.
Mezcla entre Poltergeist de Hooper (y Spielberg sin acreditar) y películas de exorcismos, posesiones, etc, Actividad Paranormal 2, se destaca porque el suspenso está más dosificado. Su uso, clásico, esta vez es efectivo. Cuando empieza a caer el ritmo y regresa la monotonía de la primera parte, empiezan los efectos especiales… y el humor. SI bien la intención, obviamente es asustar, resulta imposible no reírse ante las vueltas absurdas que usa Williams y los demás creativos para despertar a los espectadores. Solo les voy a dar una pista: hay cierta influencia de Los Cazafantasmas 2. Si bien es cierto que, desde un punto de vista cinematográfico y narrativo es más sólida que la antecesora, también es verdad que acá se muestra y se explica demasiado. No hay nada peor que cuando se le agrega un McGuffin a un film sobrenatural. Justamente, cuanto más se empezaba a explicar Poltergeist, el relato decaía en intensidad. Pero bueno, la primera hora tiene una factura tan soberbia, que se le perdonaba.
Acá las explicaciones no molestan porque le dan un poco más de peso al guión. La original era demasiada vacua. Igualmente, todo se dice muy rápido. Si lo agarras bien y sino, no te perdés. Esta vez, ya no hay pretensiones de que el público se coma que se trata de una historia real. Se nota porque hay una estructura narrativa de fondo. Pero por las dudas Paramount le dedica la película a los familiares, y deja dos minutos de silencio y pantalla negra antes de poner los créditos finales (la primera ni siquiera tenía). Actividad Paranormal 2 cumple con las expectativas de aquellos a los que les gusta el género y poco más. Sin embargo, es una lástima que un film que trata sobre fantasmas… no tenga alma. No es culpa de demonios, sino de un grupo de corporativos que solo buscan generar dinero con un producto que funcionó en el pasado. O sea, vampiros.
Por Rodolfo Weisskirch