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BERLINALE - Festivales

#BERLINALE2025 | Mickey 17

La segunda película, o libro o disco, que sucede a un primer e inesperado gran éxito representa todo un riesgo. No son solo las expectativas, ese tener que estar a la altura de su precedente, sino también superarlo, al fin y al cabo toda carrera artística debe representar un progreso constante. A Bong Joon Ho le ha sucedido con su octavo largometraje, el que ha venido después de ese éxito sin precedentes que supuso Parasite (2019), Palma de Oro en Cannes y Oscar a la mejor película, entre otro muchos premios. Han pasado casi seis años desde entonces, Covid mediante, además de toda una serie de huelgas que han retrasado el estreno de Mickey 17, un película que en ningún momento trata de emular a su predecesora, al fin y al cabo son productos de una naturaleza muy diferente.

En primer lugar, esta es la primera película que Bong filma para un gran estudio norteamericano, la Warner Bros. (aceptemos que Netflix, productor de Okja, no es un estudio tradicional), un encargo en toda regla. O una oferta, si queremos ser más precisos, pues lo que se le ofrece a Bong es adaptar la novela de Edward Ashton, Mickey7, vamos, que Mickey 17 es una película “escrita y dirigida” por Bong Joon Ho. Lo que no implica necesariamente que esta sea una película que debamos atribuir al 100% a su director y guionista. Porque, en segundo lugar, es imprescindible tener muy presente que llevábamos un año esperando un estreno que se fue posponiendo varias veces, unos meses en los que se habló de refilmaciones y remontajes, y cuyo lanzamiento, por lo que parece, nunca contempló su presencia en Cannes, que era lo que cabía esperar de la nueva película del director de Parasite (su presentación en Berlín tiene algo de accidente o afortunada coincidencia).

Sirva todo este preámbulo para ponernos en situación ante una película que, desde ningún punto de vista, cabe comparar con Parasite, empezando por su presupuesto, que lo debe multiplicar por diez tranquilamente. En efecto, multiplicar es el verbo que mejor define una película que ya desde su mismo título demuestra querer distanciarse numéricamente de su original literario, pasando de ese 7 al 17, sin que nada en su desarrollo argumental lo justifique. Sea 7 o 17, la razón de esos 17 Mickeys deriva de una formula acuñada por un empresario megalómano (como tantos en la ciencia ficción o el mundo de los cómics, al menos antaño, hoy parecen el vivo retrato de los oligarcas y asesores presidenciales) que posibilita registrar los recuerdos de una persona y luego transferirlos a un nuevo e idéntico cuerpo reproducido gracias a una suerte de ¿impresora 3D?, si se da el caso de que esta persona fallece. Y por supuesto que fallece, pues esta es la finalidad de este sistema: arriesgar hasta el límite la vida de una serie de voluntarios que se presentan para colonizar un planeta que ha de sustituir a una Tierra con una condiciones tan degradadas que la hacen inhabitable.

Es ahí donde nos encontramos con Mickey (Robert Pattinson), ya en su décimo séptima formulación, condenado a morir nuevamente atrapado por los “creepers”, los que parecen únicos seres vivos de este planeta helado. Pero nada es demasiado dramático en Mickey 17, pues, como ya sucedía con el protagonista de Edge of Tomorrow (Doug Liman, 2014), si el personaje de Pattinson puede “revivir” una y otra vez, esto es, puede ser sacrificado de forma continua y ser reemplazado por él mismo, ninguna situación puede implicar un temor o un riesgo inaceptable. De hecho, este es el momento en el que Mickey nos cuenta como ha llegado hasta ahí, al planeta, a estar rodeado por los “creepers” y a ser la décimo séptima variación de su misma persona.

Puro método científico: ensayo y error. Y esta colonización que lidera el empresario que interpreta Mark Ruffalo, Kenneth Marshall, es una acumulación y sucesión de errores. Es lo que explica esos 16 Mickeys fallidos, pues no es tanto que Mickey muera en sus misiones como una consecuencia de los fallos en las réplicas. Una combinación de audacia y estupidez que no es ninguna novedad en el cine de Bong, pero que en esta película se convierte en la característica dominante dentro del equipo de Marshall, como si con él o con el personaje de su mujer (Toni Collette) Mickey 17 se entregase de lleno en los brazos de la sátira, en la línea de un Adam McKay, en especial sus últimas alegoría políticas sostenidas sobre el trazo grueso. En el caso de la película de Bong esto nos lleva a una fábula ecológica que parece más una imposición (¿la novela? ¿el estudio?) que el resultado orgánico del desarrollo de la propia trama.

Porque en realidad esta se sostiene sobre elementos mucho más personales y cotidianos, lejos de la fanfarria de la superproducción. Como los errores se acumulan, el último pero no el único es el que da lugar a Mickey 18… cuando a Mickey 17 se le da por muerto. Es así como de repente tenemos a dos Mickey (y a dos Pattison) en pantalla, para deleite de la novia y para terror de la corporación, que no puede admitir la existencia de seres múltiples. Entre los dos Mickey hay unas pequeñísimas diferencias de carácter y esto es lo que da lugar a los mejores momentos de una película que funciona mejor como comedia que como película de gran espectáculo. Como comedia parece una nueva variación sobre el tema de Jeckyll y Hyde, pero es que cuando los dos Mickey comienzan a consumir drogas la película de Bong me trajo el recuerdo de Monkey Business (Howard Hawks, 1952), una comedia que vinculaba el humor con los experimentos científicos y que devolvía a sus protagonistas hasta su más tierna infancia. Nada de esto acaba por casar demasiado bien con esa otra película que quiere ser Mickey 17 o la película que querría que fuese la Warner y que justificase su gran presupuesto. La multiplicidad de su personaje central parece una metáfora del azaroso proceso de producción y lanzamiento de la propia película, unas costuras y defectos que son perfectamente visibles a medida que vamos pasando de lo que podría haber sido la película de Bong (llamémosle Mickey 18) y la que había soñado la Warner (más cercana a Mickey 17).

(Corea del Sur, Estados Unidos, 2025)

Guion, dirección: Bong Joon Ho. Elenco: Robert Pattinson, Steven Yeun, Michael Monroe, Patsy Ferran, Cameron Britton. Producción: Dooho Choi, Bong Joon Ho, Dede Gardner, Jeremy Kleiner. Duración: 139 minutos.

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