Cuestión de Principios ( Argentina, 2009)
Dirección: Rodrigo Grande. Guión: Rodrigo Grande y Roberto Fontanarrosa, Sobre el cuento homónimo de Roberto Fontanarrosa Producción: Leonardo Di Cesare. Elenco: Federico Luppi, Norma Aleandro, Pablo Echarri. Distribuidora: Doble E. Duración: 115 minutos.
El viejo Castilla (Federico Luppi) está convencido de saber lo que debe hacerse en cada ocasión donde intervienen la ética y los principios.
Un hombre chapado a la antigua dicen algunos. Un perfecto caballero dicen las mujeres que trabajan con él. Un auténtico pelotudo dicen sus compañeros de trabajo.
Un día Castilla descubre que tiene el número 48 de la antigua revista Tertulias, justo el que le falta a su nuevo jefe Silva (Pablo Echarri) para completar una colección que mantiene como hobbie. Silva es un yuppie que ha modificado íntegramente la imagen de la empresa donde Castilla ha trabajado desde siempre, cosa que le ha causado mucha molestia.
Castilla, dando una de sus notables lecciones de moral -esta vez a su jefe- se niega a venderle este número de la revista frente a toda la plana mayor de la empresa “porque no todo se puede comprar con dinero”.
A Silva por supuesto no le cae nada bien este desaire de un subalterno. Por lo tanto se propone demostrarle a todos, sin echarlo, que logrará obtener la revista y quebrar la voluntad y los principios del viejo Castilla. A partir de ahí comenzará su calvario. Silva logrará enfrentarlo con su propia mujer, Sarita (Norma Aleandro) y hasta con su hijo adoptivo Rolito, al ofrecerle una cifra desorbitante por el ejemplar.
Castilla comienza a verse tentado a venderla, pero preso de la falsa admiración de sus compañeros, de sus palabras y de sus actos, no puede dar marcha atrás. Todo lo lleva a un callejón sin salida: la renuncia y la humillación de sus principios frente a los demás, contradiciendo toda su perorata de ética y moral para poder dar a su familia la posibilidad de un bienestar recuperando su afecto. O mantenerse inmaculado a las tentaciones y presiones, sosteniendo la admiración que muchos le tienen junto con todo lo que ha dicho y creído siempre, no doblegándose frente al poder del dinero, aunque privando a su familia de un buen pasar. Porque todo al final, será una cuestión de principios.
Cuando hay un buen guión, extrañamente una película sea regular o mala. El director Rodrigo Bueno hace de esta historia, un buen entretenimiento, con ajustada dirección de actores, gags visuales muy buenos y en el momento justo. Esto hace que ciertas secuencias poco claras, pasen al olvido y se las perdonemos.
Federico Luppi, es Federico Luppi, no hemos descubierto la pólvora. Por ende, su personaje está bien interpretado, lo único que choca es que se le notan demasiado sus 75 años para ser aun un empleado.
Las intervenciones de Norma Aleandro, otra grande, sin palabras.
Y aca quiero hacer una mención especial y destacar la labor de Pablo Echarri. Que descubrimos que no susurra, hablaaaa! Muy bien interpretado su papel y afinado el personaje.
Realmente todos están muy bien, María Carámbula, Pepe Novoa con su desopilante monólogo sobre el matrimonio, Mónica Antonópulos, los empleados que fuman en la cocina de Terminal Puerto. Todos muy bien seleccionados y ajustados.
Para reir, reflexionar, pensar en los valores y destacar; en una actualidad social tan bizarra, donde lo más importante no es cómo llegaste, sino que llegaste.
La película fue rodada en HD y es para destacar la dosificación, nitidez y colores de la película. Una calidad excelente.
La música no desentona nunca, cosa muy difícil de lograr a veces. El “negro” Fontanarrosa celebra desde donde esté, esta muy buena película.
La película merece mejor suerte que 25 personas viéndola en el día del estreno, en una sala para 205 espectadores.