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CRÍTICAS - CINE

Desde Mi Cielo, según Matías Orta

En Desde mi Cielo, Peter Jackson vuelve a demostrar que es uno de los directores más audaces dando vueltas.

Allá por los ’80, en su Nueva Zelanda natal, con una vieja cámara de 16mm y algunos amigos, filmó durante cuatro años Mal Gusto, acerca de un extravagante grupo de Élite enfrentándose a alienígenas que quieren hacer hamburguesas con humanos. Piensen: Nueva Zelanda, un pequeño país con nula tradición cinematográfica, y menos en cuanto a cine fantástico. Así y todo Mal Gusto fue un éxito internacional. Luego, Meet the Febles (por favor, no dejen de pinchar aquí), una sátira de Los Muppets, pero repleta de sexo, drogas y excesos. ¿Cuántas personas hacen una película toda hecha con títeres, y encima de contenido políticamente incorrecto? (Bueno, más acá en el tiempo la hazaña fue repetida en Team America, aunque ahí usaron marionetas). En los ’90 nos dio Muertos de Miedo (título original: Braindead), un delirio con zombies, considerada por mucho tiempo como la película más sangrienta de la historia. Cuando ya muchos lo coronaban como el nuevo Rey del Gore, Peter J. tomó otro camino y se despachó con Criaturas Celestiales, la historia real de dos amigas que mataron a la madre de una de ellas. Con este gran film accedió al mote de los directores “serios”, adorados por los críticos que solían desdeñar sus epopeyas sanguinolentas. Parecía que el otrora Genio de las Tripas se dedicaría a films raros pero de qualité, pero otra vez arriesgó. Muertos de Miedo (Título original The Frighteners) era una comedia de terror producida por Robert Zemeckis y protagonizada por Michael J. Fox antes de que el Mal de Parkinson le impidiera trabajar con regularidad. Pese al poco éxito, Jackson logró lo que muchos de decretaban imposible: filmar tres películas con un presupuesto multimillonario y basadas en tres libros clásicos de fantasía, que habían sido llevados al cine con escasa suerte en un olvidado largometraje de animación. P. J. tuvo mejor fortuna, ya que la trilogía de El Señor de los Anillos recaudó millones y ganó muchos premios Oscar. Mientras los demás empezaban a filmar películas similares, con batallas épicas y seres mágicos, Jackson se la volvió a jugar y filmó una nueva versión del clásico intocable que lo marcó de niño. Su enfoque de King Kong fue más extenso y desarrollado que el original de 1933 —y ni hablemos de la remake de 1976—, una historia de amor condenada desde el vamos, pero con resultados soberbios desde lo artístico.

Peter Jackson arriesgó siempre.

Y lo sigue haciendo.

Es como el Sargento James de Vivir al Límite: un tipo al que no le molesta tirarse por el acantilado para obtener la grandeza.

Desde…, un producto más intimista que los tanques que venía dirigiendo, nos presenta un mundo único, un Limbo que es una suerte de Paraíso, un universo de ensueño, donde las cataratas se juntan con los maizales. Un mundo pleno de lirismo. Otra virtud del director: siempre usa los efectos especiales al servicio de la historia, no al revés.

Lo cierto es que la película es un producto novedoso, atípico, diferente a lo que se viene estrenando… pero también podría haber sido mucho mejor. Si toda el film hubiera sido contado única y exclusivamente desde el punto de vista de Susie, y si se eliminaran elementos de comedia no del todo bien puestos, sería una de las obras maestras de la cinematografía mundial. Incluso la subtrama policial podría haberse contado así. En cambio, el punto de vista varía de un personaje a otro, y eso le termina restando.

Desde… tiene un antecedente directo: la producción inglesa Sueños Alterados, ópera prima de Bernard Rose, director de Candyman: El Dominio de la Mente y Amada Inmortal. Estrenada en 1988, Sueños… contaba cómo Anna, una preadolescente que debe permanecer postrada en su casa, puede ingresar en el mundo onírico que suele dibujar. Un mundo donde todo parece andar bien… pero hay una amenaza cerca. Sueños… es una fábula más siniestra y menos visualmente imaginativa que la obra de Jackson, pero bien vale como un antecedente muy interesante. Aquí tienen principio de la película.

En cuanto a las actuaciones, ya mucho se habló de la inquietante labor de Stanley Tucci, que le valió una largamente merecida nominación al Oscar. Lástima que compita con Christophe Waltz… (Atención actores o aspirantes: si quieren ser nominados al Oscar, y hasta ganar la estatuilla, al Mejor Actor de Reparto, interpreten a asesinos sádicos y despiadados. Si no fíjense en Javier Bardem y en Heath Ledger).

Seguro llamará la atención la extraña muerte de unos de los personajes principales, y no hablamos de Susie. Si bien Peter J. ganó millones de dólares y de premios, tuvo que hacer una concesión cuando el primer corte fue mostrado en las proyecciones de prueba. El público quería más violencia y sufrimiento. Y Jackson les hizo caso.

Desde… tuvo críticas muy dispares en todo el mundo. Sobre ese tema, el director dijo: “Me gusta que el público reaccione de forma diferente, no me gusta acotar los filmes para un determinado tipo de audiencia. Y esta película me gusta porque es difícil de clasificar. Estoy orgulloso de esto”.

Luego de ver Desde…, será difícil no imaginar cómo sería nuestro Limbo personal. Pero también es mejor recordar que seguimos aquí, y que a la vida, pese a los incontables problemas, vale la pena ser vivida. De hecho… ¿qué hacen acá leyendo esto? ¡Salgan ahora! ¡Vivan, amigos, vivan!

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