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CRÍTICAS

La Bella Durmiente del Bosque en el Teatro Colon

 

La Bella Durmiente del Bosque en el Teatro Colon

Dirección Artística: Lidia Segni / Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Director musical: Javier Logioia Orbe. Coreografía: Karl Burnett según Marius Petipa. Música: Piotr Ilich Tchaikovsky. Bailarines invitados: Karina González y Connor Walsh (Houston Ballet) / Ballet Estable del Teatro Colón. Dirección de escenografía: Christian Prego. Diseño de iluminación y proyecciones: Roberto Oswald. Diseño de vestuario: Aníbal Lápiz. Prensa: Teatro Colón.

El 30 de junio de 2011, el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires estrenó el fascinante cuento de hadas de Charles Perrault en una nueva versión de Karl Burnett.

Este ballet fue estrenado en 1890, en el Teatro Inperial Marinski de San Petersburgo, con coreografía de Marius Petipa, música de Piotr llich Tchaikovsky y la bailarina italiana Carlotta Brianza, Aunque ese estreno fue un fracaso, debido a que lo vieron como una más de las diversiones para la Corte y los colegas de Tchaikovsky lo condenaron por haber accedido a escribir música para ballet, entre otras cosas, a lo largo de los años, se han realizado innumerables versiones en diferentes estilos alrededor del mundo; algunas más fieles al tradicional cuento de hadas, y otras mas contemporáneas pero sumamente exitosas como la versión del sueco Mats Ek en la que el personaje de la princesa Aurora es una adicta a la heroína y el príncipe Florimond, un traficante de drogas.

La primera vez que se llevó este ballet académico al escenario del Teatro Colon fue de la mano de Margarita Walmann en 1941, Unos veinticinco años más tarde regresó nuevamente bajo el montaje del británico Jack Carter y en 1990, Mario Galizzi creó su propia versión que hace pocos días se presentó en el Teatro Argentino de La Plata, como también en 1996, este teatro ofreció la versión del ingles Peter Wright.

En esta oportunidad, el maestro repositor y coreógrafo inglés Karl Burnett, intenta no apartarse demasiado de la versión original de Petipa, inspirándose en las producciones de la escuela inglesa y rusa. Para Burnett este ballet “es un rito de pasaje a la adultez por el que una joven se convierte en mujer; pero en esencia es lo que siempre quiso ser: un cuento de hadas”

En el prólogo de este ballet, se recrea la escena del bautismo de la princesa en la que los Reyes invitan a todas las hadas, para el obsequio de sus dones. Se presentan las hadas de la Honestidad, Vitalidad, Belleza, Felicidad, Sabiduría y la Pasión. Esta última fue encarnada por Carla Vincelli el día del estreno, quien lució la mayor virtuosidad entre las hadas. Entonces, aparece Carabosse, furiosa debido a que olvidaron invitarla al evento y lanza su maldición sobre la princesa. En este ballet debe notarse la contraposición del bien y del mal, es decir del hada Lila y Carabosse, dos personajes muy fuertes que en esta versión no tenían coreografía, sino que se desenvolvían mediante la actuación y para esto se eligieron bailarinas experimentadas, que pudieran dar peso a estos personajes, que son el eje central de la obra.

En los roles principales se encontraban Karina González y Connor Walsh, invitados del Houston Ballet, que bailan juntos por primera vez en el segundo acto, cuando el hada Lila encuentra al príncipe Florimond en el bosque cazando y le muestra la visión de Aurora para luego guiarlo hacia el encuentro. Este pas de deux, en estilo y vestuario, nos recordó a las obras de McMillan, con la contraposición de la pantalla de fondo proyectando la imagen de un bosque que se iba trasladando.

En el tercer acto de este ballet, es la boda de los príncipes y los invitados son, entre otros, algunos personajes de cuentos conocidos. Las joyas tuvieron un gran despliegue de Silvina Perillo y Federico Fernández como Diamante y su Caballero respectivamente, como así también se destacaron Silvina Vaccarelli como Zafiro y Natalia Pelayo como Rubí, El Pájaro Azul y la Princesa Florisse de Juan Pablo Ledo y Karina Olmedo estuvo correcto, el Gato con Botas que en esta versión se transformó en el Gato Negro con la Gatita Blanca, realizado por Edgardo Trabalon y su compañera Silvia Grun aportó la ternura y simpatía que caracteriza a estos personajes, y en esta versión nos perdimos de ver a Caperucita Roja con el Lobo, a Pulgarcito, etc, que se encuentran en la mayoría de las versiones. El pas de deux de los príncipes hizo uso de una técnica precisa, más aún se lucieron en la última función  Fernández y Perillo en los mismos roles.

El vestuario tuvo algunos detalles, como en el último acto los vestidos parecían de Corte Inglesa en lugar de Francesa, la túnica de Aurora del segundo acto salió del contexto de un ballet académico, algunos colores demasiado fuertes en comparación con el resto del cuadro. La escenografía fue modernizada, con una pantalla de fondo con la imagen del palacio o el bosque, pero se extrañan los lujos de las versiones anteriores, con esas telas, candelabros y pinturas que a uno lo transportaba al cuento de hadas. Se entiende como una mezcla entre lo tradicional y lo contemporáneo: una nueva versión de La Bella Durmiente del Bosque para agregar a la historia el Teatro Colon.

Por último, no quiero dejar de destacar el trabajo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por el maestro Javier Logioia Orbe, que realizaron una obra compleja de Tchaikovsky casi sin ensayos, con gran profesionalidad, que deja al descubierto la experiencia de ellos y de su director para dirigir ballet.

Teatro: ColónCerrito 628
Funciones: No hay más funciones.


 

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