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CRÍTICAS - CINE

La Ley del más Fuerte, según Emiliano Fernández

La decadencia de una nación.

No cabe la menor duda que con el correr de los años ha ido mutando sustancialmente la perspectiva desde la cual se lee el “Nuevo Hollywood” de la década del 70, tanto a nivel general intra industria como en lo que hace a la inclusión de referencias explícitas. Mientras que en los 80 se utilizaron sus rasgos más bombásticos para vaciarlos de contenido dentro de la concepción simplona de los blockbusters, en los 90 primó una mirada irónica que tomó prestada su ferocidad formal aunque sólo como un “elemento más” de un pastiche multicultural de citas cruzadas. Si bien ambas lecturas continúan estando vigentes, durante los últimos lustros apareció por suerte una tercera posición que recupera la esencia perdida.

El fundamentalismo reciente, de marcada tendencia retro, es el producto de un proceso que viene desde los 90 y que tuvo en los thrillers hardcore de aquella época, como Pecados Capitales (Seven, 1995) y Los Sospechosos de Siempre (The Usual Suspects, 1995), la base clasicista necesaria para dicha reformulación. La Ley del más Fuerte (Out of the Furnace, 2013) es uno de los ejemplos más claros en este sentido, un relato de venganza aletargado que hace gala de ese minimalismo ampuloso prototípico de un período que muchos consideramos irrepetible, cuando la contracultura de los 60 llegó al cine de carácter masivo, desembocando en una revolución cultural que generó una andanada de obras memorables.

Scott Cooper, en su segundo film luego de Loco Corazón (Crazy Heart, 2009), construye una pequeña epopeya dividida en capítulos muy marcados, con un desarrollo de personajes exquisito y una estructura símil El Francotirador (The Deer Hunter, 1978), de Michael Cimino. No conviene adelantar demasiado acerca de la trama porque la exposición de la premisa central abarca casi toda la propuesta, sólo diremos que los protagonistas son dos hermanos que viven en Rust Belt, un pueblo pobre que se sostiene con una acería a punto de desaparecer: Russell (Christian Bale) es un obrero al que encarcelan por un accidente automovilístico, y Rodney (Casey Affleck) es un veterano de Irak y boxeador clandestino.

Otro de los méritos de Cooper pasa por habernos devuelto al gran Woody Harrelson en “modelo villano”, aquí como un mafioso bucólico, salvaje y de poca monta. A pesar de que por supuesto sobresale el trío principal, el elenco está plagado de estrellas como Sam Shepard, Willem Dafoe, Forest Whitaker y Zoe Saldana. El realizador consigue trasladar la desazón setentista a la actualidad estadounidense, una etapa en la que -una vez más- se hace palpable la decadencia, desesperación y violencia contenida de una nación que en pocas ocasiones deja de lado el maquillaje para mostrar sus recovecos menos agraciados, propios de la “América profunda” y ese olvido al que están condenados muchos de sus habitantes…

calificacion_4

Por Emiliano Fernández

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