Nightbitch podría traducirse de más de una manera y difícilmente se encuentre el término en un diccionario (no aparece ni en el Webster, Oxford o Simon and Schuster). La que sí aparece es la palabra “bitch” con múltiples traducciones que incluyen básicamente a “perra”, “zorra” (términos animales) y “ramera”.
Que el título en Argentina (también en Brasil) del film sea Canina indica que es la primera de las tres acepciones la que más se ajusta a la trama, aludiendo al personaje que interpreta Amy Adams. El estreno mundial del film tuvo lugar en Toronto (TIFF) este año, registrando su presencia en una friolera de Festivales (más de cuarenta) que incluyen a Morelia, Vancouver, Rio de Janeiro Sitges y Mar del Plata.
Se trata del cuarto largometraje de la poco conocida (en Argentina) Marielle Heller, de la que sólo se vio su segundo (Can You Ever Forgive Me?), con Melissa McCarthy, en el festival marplatense en 2018.
Canina se basa en la novela homónima de Rachel Yoder, en que el personaje central, conocido apenas como “Mother”, es el que da nombre a la obra, acaparando al grueso de las escenas. Es una pena que la seis veces candidata al Oscar nunca lo haya obtenido y que además este año posiblemente ni siquiera sea considerada, a la hora de las nominaciones.
Lo que le ocurre a la “madre” del título es lo que a muchas mujeres les afecta, cuando deben ocuparse de su hijo, casi bebé. El niño de alrededor de dos años no lleva tampoco un hombre sino simplemente “Son” (hijo) y lo admirable es cómo “actúa”, aunque en verdad son dos los que lo interpretan, Arleigh y Emmett Steadman, presumiblemente gemelos.
La madre era una artista (pintora), cuya vida doméstica actual no resulta satisfactoria, ya que su marido (bien Scoot McNairy) está a menudo de viaje por su trabajo. El término “nightbitch” aparece tempranamente en el film, cuando a la llegada de un viaje ella trata mal a su marido, expresión de su desencanto con la vida que lleva. Es a la mañana siguiente cuando él le dice textualmente “last night you were kind of a bitch” y ella agrega un “yes”, y corrige a “nightbitch”, el marido asiente, agregando “you said it”.
Los sabrosos monólogos (pensamientos del ama de casa) y sobre todo diálogos fueron seguramente tomados directamente de la novela. Inclusive la relación que mantiene con el hijo genera divertidas situaciones como una en que ambos juegan con pinturas, cuando ella le propone dibujar únicamente en un cartón en el piso, lo que obviamente no logra limitar.
La película muestra algunos flashbacks en que se la ve con la madre, que le habla en un idioma europeo (similar al alemán), pero que poco aportan a explicar los traumas que la embargan.
Más interesantes son la mezcla de sueños e imágenes que abundan en el metraje, donde aparecen a menudo abundante número de perros e incluso uno, que sería una representación de ella misma.
La vida dará un vuelco cuando acuda a una biblioteca pública y quien la atienda (la actriz Jessica Harper) le recomiende alguna obra esotérica, cuya lectura contribuirá a que tome una decisión, buscando salir de la rutina.
Canina, pese a que la mayoría de las intérpretes son mujeres (las madres del kindergarten, las amigas del grupo de arte, la bibliotecaria), no se siente como un alegato feminista. Más bien es una exacta pintura del sacrificio que significa quedarse en la casa, resignándose a dejar de lado otras actividades más enriquecedoras.
Quizás sorprenda que haya participado del Festival de cine fantástico de Sitges, aunque al visionarla se entiende su inclusión. Algunas imágenes en que el cuerpo de “mother” sufre algunas alteraciones lo explican, aunque sin llegar a las de La sustancia, otro film fantástico de este año y que en cambio seguramente tendrá nominaciones al Oscar.
(Estados Unidos, 2024)
Dirección: Marielle Heller. Guion: Marielle Heller, Rachel Yoder. Elenco: Amy Adams, Scoot McNairy, Jessica Harper, Mary Holland. Produccion: Amy Adams, Anne Carey, Marielle Heller, Sue Naegle, Stacy O’Neil, Christina Oh. Duración: 98 minutos.